La movilización de los recursos forestales, una responsabilidad social

Desde hace 5 años tenemos la suerte de gestionar el monte Quinto de la Mata, en el término municipal El Royo, Soria. Se trata de un pinar natural de pino silvestre de 250 hectáreas procedente de la colonización espontánea que se inició hace 50 años sobre antiguos terrenos de pastos.

 

El monte nunca se había gestionado hasta la fecha, salvo por alguna pequeña intervención practicada en los últimos años, por lo que su estado era el marcado por la evolución natural seguida por el pinar en su proceso  de instalación. Predominaban los ejemplares de baja calidad tecnológica y no existían infraestructuras para la saca de la madera.

En el año 1999 los propietarios encargaron el Proyecto de Ordenación (Arroyo&Encinas), convirtiéndose en el primer plan de gestión para un monte privado aprobado en Castilla y León. En el año 2005 nos encomendaron su puesta en marcha. Empezamos a gestionar.

Estamos contentos, en cinco años se ha revertido la tendencia de abandono del monte. Para ello se ha contado con las ayudas de la Junta de Castilla y León, que han permitido realizar las inversiones (y digo inversiones y no gastos) necesarias para la puesta en producción del monte. Actualmente se dispone de 5 km de vías forestales que dan acceso a la mayor parte de los rodales, un cerramiento perimetral que permite desarrollar el modelo de gestión deseado y más de 100 ha de masas con poda en altura sobre 150 pies/ha.

Y esas inversiones han empezado a rendir frutos ¡¡ Ya se han realizado tres cortas de madera (unos 4.000 m3) y actualmente nos encontramos en disposición de realizar una corta anual de unos 1.000 m3 de forma indefinida en el tiempo.

 Pero además, ¿qué otras cosas se han conseguido?

  • Pues en primer lugar la generación de un número importante de jornales directos en las labores de mejora y aprovechamiento (unos 900 jornales en los 5 años), que dada la importancia que tiene la generación de empleo en estos días no es nada desdeñable, y sobre todo el haber pasado de 0 a 200 jornales año.
  • La capacidad de generar empleo directo a partir de los aprovechamientos de madera: unos 100 jornales/año todos los años de ahora en adelante.
  • Además se ha conseguido poner en manos de la industria 4.000 m3 de madera, ayudando a mejorar la balanza comercial nacional de madera.
  • Se han creado unas condiciones más que buenas para que se asegure la persistencia y mejora continua de las masas forestales y se reduzca el riesgo de incendios forestales (y eso que no hemos eliminado los residuos de las cortas).
  • Y en definitiva, se dispone de un monte vivo y rentable, con un futuro patrimonio de madera muy prometedor, con una propiedad vinculada y un equipo técnico disfrutando de su gestión.

 Creo que esta experiencia es un buen ejemplo de  las posibilidades reales de la movilización de los recursos forestales, y me gustaría hacer un llamamiento a los propietarios de montes particulares para a que se sumen a esta iniciativa y, en especial, pedir a los servicios forestales de las CC.AA. gestores de montes a que hagan lo posible por sumarse a la movilización de los recursos forestales como herramienta para tener mejores bosques, más empleo y riqueza en el mundo rural.

SEÑALAMIENTO PROSILVA EN EL NORTE DE BURGOS

La semana pasada participamos con agentes medioambientales y técnicos de la Junta de Castilla y León  en un señalamiento de corta con criterios ProSilva en una masa de Quercus robur en Cilleruelo de Bezana, al norte de la provincia de Burgos. El monte está incluido en la red cantábrica de montes PROSILVA.

La verdad que se agradece salir de la oficina para pasar tres días viendo árboles y pensando sin parar. Os dejo algunos de los que aspectos más importantes que se consideraron en el señalamiento:

  • Intensidad de corta no superior al 25% de área basimétrica para evitar la aparición de brotes epicórmicos, mantener el crecimiento del regenerado y menores en condiciones de competencia y reducir el riesgo de daños por viento.
  • Corta totalmente selectiva: sólo se señalan pies que compiten con árboles definidos de porvenir, que son los que queremos que lleguen a 75 cm de diámetro normal, con  6-8 metros libres de ramas, fustes rectos, sin presencia de rebrotes y chupones, buena conformación de copa…..
  • Los únicos robles de cosecha señalados, que no tenían porque competir con árboles de porvenir, son los que se ha detectado que pueden no llegar vivos a la siguiente rotación.
  • Para el control de los brotes epicórmicos es importante respetar pies dominados, de escaso valor que no compiten con otro pie pero que permiten reducir la entrada de luz y controlar el rebrote en troncos de pies con futuro.
  • No nos preocupaba que se abrieran huecos, donde se pudiera iniciar la regeneración, cuando se abrían huecos se buscaba que hubiera pies en el borde con un alto potencial de producción de semilla.
  • Se buscaba favorecer la regeneración de roble frente a la de haya. En alguno de los huecos abiertos también se señalaron hayas grandes que no eran de porvenir. Esto permitía aumentar la superficie del hueco para favorecer la regeneración de roble y reducir la disponibilidad de semilla de haya en ese hueco.
  • Selección y liberación de pies con buena conformación de otras especies (fresno, cerezo o arce).

Para que os hagáis una idea en la imagen podéis ver el aspecto de la masa que señalamos.

A vueltas de nuevo con los inventarios forestales en los planes de gestión

Últimamente he andado inmerso en varios diseños y ejecuciones de inventarios forestales en distintas CC.AA. y me gustaría comentar el exceso de importancia que, desde mi punto de vista, se da al error de muestreo en la estimación de las variables, volumen con corteza, área basimétrica o número de pies,  a nivel de estrato, cuartel o monte.

Parece que un inventario está bien realizado cuando tras los resultados del mismo se alcance el nivel de error deseado, cuando ésto únicamente quiere decir que se ha hecho un número suficiente de parcelas y que la estratificación realizada permite alcanzar ese error.

Un inventario, desde mi punto de vista, está bien hecho cuando cumplen al menos tres aspectos:

  1. Se miden las variables necesarias para la planificación de aprovechamientos o mejoras.
  2. Se miden con la precisión (error) suficiente para un adecuado diseño de las actuaciones.
  3. Se hace de la manera más eficiente, es decir, se invierte la menor cantidad de dinero posible.

Si tomamos los anteriores aspectos como objetivos intrínsecos al diseño de un inventario forestal, algunas de las consecuencias en el diseño de inventario de algunos de los montes serían:

  • Sólo se realizaría inventario dasométrico en aquellas masas en las que se requiera una cuantificación estadística de los aprovechamientos o mejoras. Es decir no tiene sentido hacer un muestreo estadístico en un monte bajo de rebollo para luego decidir que se va a aplicar un resalveo por lo bajo a 1.200 €/ha. Todas las parcelas allí realizadas se hubieran sustituido por una estimación pericial con bajo coste y resultados parecidos.
  • No se medirían aquellas variables que no voy a utilizar, porque la captura de información sin objetivo definido suele quedar olvidada y,  además, estoy gastando unos euros que seguro son útiles en otro menester.
  • Sería mejor para el cálculo de la cortas disponer de una densidad alta de parcelas en las zonas dónde se prevén aprovechamientos que requieren cuantificación y ninguna o muy pocas parcelas en las masas dónde se sabe de antemano qué no se van a hacer cortas en el periodo de aplicación del plan especial. De nuevo, una estimación pericial en zonas dónde no se va a actuar (pinares abiertos por ejemplo) será suficiente y  podremos concentrar nuestro esfuerzo de inventario en las zonas dónde tengamos que diseñar intervenciones.
  • La idea de acumular datos de parcelas en masas dónde no se va a actuar debe estar muy justificada, ya que la acumulación de datos de parcelas en matorrales, montes bravos o latizales bajos de pinares, y montes bajos de frondosas, entre otros, tiene un coste muy elevado y poca utilidad en el marco de los planes de gestión de montes.

Por tanto animo a una reconsideración del planteamiento de los inventarios en el sentido de no mirar tanto el error y centrarnos en aspectos más operativos, aunque en algunos casos tengamos que transgredir las respectivas instrucciones de ordenación, que por otro lado, deberían estar a nuestro servicio y no al revés.

Además como todos estos aspectos tienen importantes repercusiones en los costes de la planificación forestal, seguramente que pronto volvamos con este apasionante tema.

Vender lo que hacemos, la asignatura pendiente de los forestales en este país

El pasado día 17 de marzo, tuve la oportunidad de asistir a la jornada técnica sobre “gestión forestal en espacios naturales protegidos”, organizada por el Colegio  y Asociación de Ingenieros de Montes con motivo del día forestal mundial.

A lo largo de la jornada, que  se organizaban a caballo entre el centro de visitantes del Parque Natural de Peñalara y el Albergue Los Batanes (Rascafría), pudimos disfrutar de la hospitalidad de Juan Vielva y su equipo.

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Foto cortesía de Ignacio Granados, Técnico del PN Peñalara. De izquierda a derecha Carlos del Alamo (Decano del Colegio de Montes),
 Juan Vielva (Director Conservadore del PN de Peñalara, Juan de Dios Cabezas (Jefe de Servicio de Planificación, Areas Protegidas y
Defensa del Medio Natural), Jose Manuel Meneses (Director del Parque Natural del Cañon del río Lobos), Antonio López Lillo (Presidente
de honor de Europarc España) y Josep María Forcadell (Técnico del Parque Natural dels Ports).

Además de pasar un día muy agradable rodeado de compañeros forestales y pudimos conocer las experiencias de algunos técnicos de la administración, que se enfrentan día a día al reto de gestionar espacios protegidos. Durante el debate de la mesa redonda posterior a la charla, surgió una idea, que siempre he considerado una de las principales asignaturas pendientes de los profesionales forestales. Hablo del saber vender lo que hacemos.

Los forestales nos hemos preocupado notablemente del “Saber Hacer”. A lo largo de los años siempre ha habido y sigue habiendo enormes profesionales forestales. Sin embargo, es más que evidente que no hemos sabido trasmitir a la sociedad la importancia de lo que hacemos. Solo hay que leer las reflexiones de muchos compañeros sobre cómo no ve la sociedad la profesión forestal, para darse cuenta de cuál es la situación actual. Si analizamos el por qué de esta situación, para mí la respuesta es clara, no hemos sabido vender lo que hacemos.

La situación actual es óptima para afrontar este reto. En un mundo donde la información fluye más allá de lo que nos habríamos atrevido a soñar hace apenas 20 años, existen suficientes herramientas para que podamos revertir poco a poco la situación. Solo nos hace falta darnos cuenta de la necesidad de cambiar nuestra manera de relacionarnos con nuestro entorno como profesionales forestales.

En este sentido, os recomiendo seguir el ejemplo de Juan Vielva, quien hace tiempo ha comprendido la importancia del comunicar lo que hacemos, y es este hecho diferenciador, lo que complementa su gran conocimiento del medio forestal para hacerle un ingeniero mejor.

Para quienes queráis comprobar un ejemplo de este tema os recomiendo echarle un vistazo a la página web de su equipo en el Parque Natural de Peñalara.

La resina, ¿recurso para el desarrollo rural?

Los pasados días 26 y 27 de marzo he asistido a unas jornadas organizadas por PROFOR en el municipio conquense de Almodóvar del Pinar sobre la posibilidad de poner nuevamente en valor los aprovechamientos resineros de los montes de pino rodeno. A pesar de que el aguarrás y la colofonia que se obtienen de la resina son productos que siguen siendo fuertemente demandados por la industria química y farmacéutica, y que sus precios de mercado se mantienen a un buen nivel sin necesidad de las subvenciones que protegen a la gran mayoría de los productos agropecuarios, la falta de evolución en los tradicionales métodos de aprovechamiento y la fuerte competencia de la resina de origen chino o brasileño han originado la práctica desaparición del sector. Parece que, a día de hoy, únicamente una cooperativa de Coca (Segovia) sigue resinando regularmente con un planteamiento comercial.Resinacin_con_maquinaria

CESEFOR y esta cooperativa de Coca, que se llama “Rincón de la Vega”, están apostado por trasladar al siglo XXI los métodos y procedimientos de resinación tradicional mediante el desarrollo de herramientas que permitan la mecanización de los trabajos y el diseño de sistemas de explotación rentables. Estos esfuerzos son un intento de acabar con la incongruencia que supone tener en el bolsillo un iPhone mientras usas una herramienta de trabajo  como el barrasco, que fue inventada por los romanos.

Iniciativas de este tipo demuestran que recursos forestales “olvidados”, como este de la resina, pueden volver a tener un valor estratégico destacado en el mundo rural proporcionando trabajo y rentas, al menos complementarias, a la población local y a los ayuntamientos, principales propietarios forestales en estas zonas.

Considero que los esfuerzos de investigación e innovación encaminados a conseguir una mínima rentabilidad en la explotación de los recursos forestales tienen un gran interés ya que hacer viable un aprovechamiento en una zona con escasos recursos crea una importante sinergia al facilitar un modo de vida a la población rural además de contribuir a la conservación y mejora de los montes.

 

 

La tecnología LiDAR este sábado en primera página de El PAÍS

Es de agradecer que una noticia relacionada con lo forestal, y que no sean los incendios, ocupe un espacio en la primera página de un periodo de ámbito nacional como es El PAIS. Este artículo, que habla sobre la tecnología LiDAR y sus aplicaciones incluyendo las forestales, es una señal más de que las cosas están cambiando en nuestro sector, un sector hasta el momento bastante atascado en lo de siempre y que, por suerte, no le queda otra que evolucionar, adaptarse a las nuevas demandas de la sociedad y hacer uso de nuevas tecnologías para responder a esas demandas.

Volviendo al artículo, al leerlo he tenido la necesidad de matizar una serie de cosas de las que se mencionan en relación con las aplicaciones forestales de esta tecnología. Es algo normal lo de tener que matizar, siempre pasa cuando una persona especializada en un tema lee información sobre ese tema redactada para el gran público. Allá voy pues con las matizaciones.

1)      El artículo habla de que “cada árbol queda registrado” o “esta tecnología permite medir la altura de casi cada árbol” y esto no es del todo así, en realidad lo que conseguimos de forma más o menos directa es conocer la altura de la vegetación en cada punto. Pero de conocer la altura de la vegetación en un punto a llegar a separar un árbol del siguiente hay un trecho bastante complicado de recorrer. En dehesas, en ciertos tipos de masas forestales abiertas, o en algunas plantaciones podría ser sencillo separar un árbol de otro y asignarle una altura a cada árbol a partir de datos capturados con esta tecnología, pero en masas naturales más o menos densas la cosa se complica bastante, desde luego no es una información que nos proporcione de forma directa esta tecnología.

 2)      También leemos que con este sistema se acabó ir al campo para la realización de inventarios forestales. Esto sí que es una faena, pero si lo que nos gusta es ir al campo, para eso hemos estudiado lo que hemos estudiado y trabajamos en lo que trabajamos. Además éste es uno de los principales problemas de los forestales que trabajamos en planificación y gestión forestal: pasamos demasiado tiempo en la oficina.

 Lo que sí que es cierto, y posiblemente es lo que quería decir el artículo, es que está tecnología cambia por completo la forma de trabajar en los inventarios forestales, la toma de datos de campo es necesaria pero no tiene nada que ver con la que se realiza en los inventarios forestales clásicos. Con esta tecnología es necesario ir al campo pero hay que ir de otra forma, hay que dedicar menos recursos en campo pero el esfuerzo tiene que ser de más calidad, mucho más especializado. Como los métodos utilizados hasta el momento de inventario LiDAR no separan especies ni clases diamétricas de forma precisa es necesario trabajar con una cartografía de detalle de masas, y para eso hay que ir al campo. Para calcular las variables de masa que nos hacen falta para la gestión a partir de datos LiDAR hay que ajustar y validar algoritmos y ecuaciones con datos tomados en campo.

También es importante no perder de vista que para gestionar una superficie forestal lo más importante no es conocer lo que hay sino saber qué hacer con lo que hay. Muchas veces dedicamos demasiados esfuerzos al inventario forestal cuando lo importante es la planificación, que es lo que nos va a permitir compatibilizar y cumplir los objetivos económicos, ambientales y sociales de nuestros montes. El reto es saber cómo usar la volumen tan inmenso de información que nos proporciona el LiDAR, no sólo para estimar existencias, sino para mejorar la gestión de nuestras masas forestales. En Agresta en colaboración con otras entidades como CESEFOR, la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) o Stereocarto hace tiempo que estamos dándole vueltas a este tema.

Con la imagen os podéis hacer una idea de lo que la tecnología LiDAR proporciona a nuestro sector, una nube de retornos laser georeferenciados. Para pasar de esa nube de puntos a toneladas de biomasa, a m3 de madera, a  toneladas de CO2 o a modelos de combustible de forma cada vez más fiable, automática y ajustada tenemos todavía mucho trabajo que hacer.

 

Senda hacia una energía sostenible (A path to sustainable energy)

«A path to sustainable energy» es un artículo publicado en noviembre de 2009 en la revista Scientific American, en el cual sus autores Mark Z. Jacobson (profesor de la universidad de Stanford) y Mark A. Delucchi (investigador de la universidad de California) plantean la posibilidad de un cambio radical de modelo energético a nivel planetario sustituyendo los combustibles fósiles por fuentes de energía renovables viento, agua y energía solar. Apoyándose en un estudio técnico estiman que en un plazo de 20 años (año 2030), se podría alcanzar este objetivo, basándose únicamente en tecnologías ya existentes e implementadas

Los autores también han preparado un artículo multimedia que lo complementa y que podéis consultar en la siguiente dirección:

Evidentemente, se trata de una empresa colosal y tremendamente dificil de realizar, pero lo importante del tema es que el artículo viene a asegurar que a día de hoy ya es técnicamente viable. De hecho el artículo deja entrever que probablemente  el principal problema para alcanzar esta meta es  la falta de voluntad política.

Desde luego, no soy un experto en el tema, y no puedo entrar a discutir si como expone el articulo, el precio de la generación y transporte de la energía sería menor en estas fuentes que el que tendrían los combustibles fósiles. O si se puede resolver el problema de la escasez de algunos de los metales que se precisan para las energías renovables. Lo que si puedo decir, es que este artículo supone un punto de inflexión en la esperanza de cambiar las cosas, viniendo a confirmar mis sensaciónes de que el problema técnico ya está ampliamente superado.

No se si finalmente serán 20 o 40 años, lo importante es que el cambio se ponga en marcha cuanto antes……

Dejo también un par de link que entrarn a criticar el artículo por si a alguien le apetece profundizar:

El cooperativismo en El Pais de los Negocios

El domingo pasado salió publicado un especial de Cooperativas en El Pais de los Negocios, el suplemento salmón que suele parecer un poco lejano a nuestros intereses. Hacen un análisis bastante positivo definiendo a las cooperativas como herramientas contra la crisis y el desempleo. Os paso el enlace del pdf

Parece que las cosas se ponen en su sitio y se valora verdaderamente la potencia de la Economía Social como una alternativa real en estos momentos de incertidumbre

Ya comentamos qué os parece

Agresta
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