Las setas se han consumido por el hombre desde siempre, sin embargo lejos quedan ya aquellos tiempos en los que eran un recurso estacional para autoabastecimiento de los habitantes de las zonas forestales.

En la actualidad, la recolección de setas tiene dos vertientes principales, la lúdica relacionada con el ocio en la naturaleza y la comercial, aprovechando un mercado cada vez más amplio tanto en los canales de distribución de frutas y verduras como a nivel de unos restaurantes en cuyas cartas proliferan los platos elaborados con ellas.

La situación actual supone una fuerte presión sobre este recurso en los montes españoles al tiempo que pone de manifiesto el potencial del aprovechamiento micológico como fuente de ingresos de unos montes cada vez menos rentables.

La Regulación de la recogida de setas, es una necesidad real, de cara a gestionar esta presión derivada de una afluencia masiva de recolectores incontrolados y a visibilizar este recurso como una fuente de ingresos para los ayuntamientos donde están enclavados los principales montes productores.

Como respuesta a esta necesidad han aparecido una seria de iniciativas y proyectos con objeto de regular esta recolección, que van desde la creación de cotos micológicos, donde la recolección está sujeta a unas normas y su derecho se ejerce previo pago de un permiso como por ejemplo en Valdemeca (Cuenca) hasta iniciativas más complejas tales como el Proyecto «MYAS RC» «Proyecto Regulación Y Comercialización De Los Recursos Micológicos De Castilla Y León«. Este último proyecto desarrollado por CESEFOR y cofinanciado por la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León y diferentes Diputaciones Provinciales de Castilla y León, está encaminado a compatibilizar una gestión sostenible de los recursos micológicos con un incremento y mejor distribución de las rentas locales generadas por los mismos.

El problema puede surgir cuando se trata de una regulación mal gestionada, que puede generar conflictos donde no los había pudiendo llegar a tener efectos negativos sobre la economía de las poblaciones vinculadas a dichos montes.

(Foto de Pedro L. Merino.)

Desde el 6 de octubre de 2010 los montes de utilidad pública de El Espinar han sido incorporados al proyecto MYAS RC, como parte de la unidad de Gestión Sierra de Guadarrama. Esto a priori sería una buena noticia para una persona como yo, firmemente convencida de la necesidad de Regulación de este aprovechamiento, sin embargo, revisando las condiciones impuestas en el mismo, no puedo por menos que sentirme indignado. Me explico, el régimen de permisos establecidos implica el pago de 10 euros diarios por persona para los recolectores foráneos, dinero que evidentemente se paga igual independientemente de que recolectes o no ejemplares. Sinceramente me parece una cifra escandalosa. Estoy completamente deacuerdo con que la regulación proteja al usuario local (pagan 3 euros por toda la temporada), creo que la base de todo esto es fomentar la vinculación de las personas que realmente viven y cuidan el monte, no obstante, creo que la regulación debe recoger unas tarifas al alcance de cualquier bolsillo.

Para poneros un ejemplo real de cuál puede ser el efecto negativo de este tipo regulaciones mal pensadas, os voy a comentar mi propio caso. Llevo más de 20 años recolectando setas en el Espinar, durante todos estos años he llevado a multitud de amigos y conocidos a sus montes, y juntos hemos dejado notables ingresos en las poblaciones que lo componen, sus restaurantes, sus tiendas, sus gasolineras etc. Este año es probablemente el primero que no he llevado a nadie, y no pienso hacerlo en el futuro. Se me cae la cara de vergüenza de tenerles que decir a mis amigos que por pasar un día de recolección de setas tienen que pagar 10 euros por cabeza (50 euros una familia de cinco personas).

Hay que regular pero con cabeza, pagaría con gusto 3 euros por cabeza para pasar el día en el campo con mis amigos, o 20 euros por toda la temporada, siendo una cosa en la que creo. Y pienso que como yo mucha gente con afición lo haría.

Sinceramente, después de llevar toda mi vida vinculado al Espinar no será esto lo que motive que deje de disfrutar de sus montes y sus maravillosos rincones, pero lo que es coger setas, a partir de ahora lo hare en otros pueblos, y todos los ingresos indirectos generados gracias a dicha actividad en mi caso irán a parar a otras poblaciones que regulen con mas criterio.