Es de agradecer que una noticia relacionada con lo forestal, y que no sean los incendios, ocupe un espacio en la primera página de un periodo de ámbito nacional como es El PAIS. Este artículo, que habla sobre la tecnología LiDAR y sus aplicaciones incluyendo las forestales, es una señal más de que las cosas están cambiando en nuestro sector, un sector hasta el momento bastante atascado en lo de siempre y que, por suerte, no le queda otra que evolucionar, adaptarse a las nuevas demandas de la sociedad y hacer uso de nuevas tecnologías para responder a esas demandas.

Volviendo al artículo, al leerlo he tenido la necesidad de matizar una serie de cosas de las que se mencionan en relación con las aplicaciones forestales de esta tecnología. Es algo normal lo de tener que matizar, siempre pasa cuando una persona especializada en un tema lee información sobre ese tema redactada para el gran público. Allá voy pues con las matizaciones.

1)      El artículo habla de que “cada árbol queda registrado” o “esta tecnología permite medir la altura de casi cada árbol” y esto no es del todo así, en realidad lo que conseguimos de forma más o menos directa es conocer la altura de la vegetación en cada punto. Pero de conocer la altura de la vegetación en un punto a llegar a separar un árbol del siguiente hay un trecho bastante complicado de recorrer. En dehesas, en ciertos tipos de masas forestales abiertas, o en algunas plantaciones podría ser sencillo separar un árbol de otro y asignarle una altura a cada árbol a partir de datos capturados con esta tecnología, pero en masas naturales más o menos densas la cosa se complica bastante, desde luego no es una información que nos proporcione de forma directa esta tecnología.

 2)      También leemos que con este sistema se acabó ir al campo para la realización de inventarios forestales. Esto sí que es una faena, pero si lo que nos gusta es ir al campo, para eso hemos estudiado lo que hemos estudiado y trabajamos en lo que trabajamos. Además éste es uno de los principales problemas de los forestales que trabajamos en planificación y gestión forestal: pasamos demasiado tiempo en la oficina.

 Lo que sí que es cierto, y posiblemente es lo que quería decir el artículo, es que está tecnología cambia por completo la forma de trabajar en los inventarios forestales, la toma de datos de campo es necesaria pero no tiene nada que ver con la que se realiza en los inventarios forestales clásicos. Con esta tecnología es necesario ir al campo pero hay que ir de otra forma, hay que dedicar menos recursos en campo pero el esfuerzo tiene que ser de más calidad, mucho más especializado. Como los métodos utilizados hasta el momento de inventario LiDAR no separan especies ni clases diamétricas de forma precisa es necesario trabajar con una cartografía de detalle de masas, y para eso hay que ir al campo. Para calcular las variables de masa que nos hacen falta para la gestión a partir de datos LiDAR hay que ajustar y validar algoritmos y ecuaciones con datos tomados en campo.

También es importante no perder de vista que para gestionar una superficie forestal lo más importante no es conocer lo que hay sino saber qué hacer con lo que hay. Muchas veces dedicamos demasiados esfuerzos al inventario forestal cuando lo importante es la planificación, que es lo que nos va a permitir compatibilizar y cumplir los objetivos económicos, ambientales y sociales de nuestros montes. El reto es saber cómo usar la volumen tan inmenso de información que nos proporciona el LiDAR, no sólo para estimar existencias, sino para mejorar la gestión de nuestras masas forestales. En Agresta en colaboración con otras entidades como CESEFOR, la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) o Stereocarto hace tiempo que estamos dándole vueltas a este tema.

Con la imagen os podéis hacer una idea de lo que la tecnología LiDAR proporciona a nuestro sector, una nube de retornos laser georeferenciados. Para pasar de esa nube de puntos a toneladas de biomasa, a m3 de madera, a  toneladas de CO2 o a modelos de combustible de forma cada vez más fiable, automática y ajustada tenemos todavía mucho trabajo que hacer.